sábado, 12 de marzo de 2016

Obama buscando un espaldarazo en La Habana

A raíz del anuncio de Barack Obama de visitar Cuba en el mes de marzo, se ha desatado todo tipo de opiniones en los medios. Específicamente los “cubanólogos”, que amasan grandes sumas de dinero por calumniar a Cuba, son quienes más han rabiado, porque temen que la mafia de la extrema derecha de Miami que los amamanta, se extinga.

Ángel Bravo / Especial para Con Nuestra América

Las opiniones se reducen a tres elementos: 1) Obama debe pedirle a Raúl Castro una transición política, 2) debe exigirle respeto a los derechos humanos y 3) el gobierno cubano se está beneficiando políticamente con esa visita.

Quienes opinan así, ignoran la realidad y la historia; no han entendido lo que Cuba ha hecho en estos casi sesenta años de revolución. Para ellos, cambio político, no es sino la adopción de la democracia liberal. Fue en 1994, en pleno periodo especial, mientras todos los gobiernos abrazaban el neoliberalismo como su tabla de salvación, cuando Fidel respondió a la insistencia por cambios políticos: “¿Habrá país que haya hecho más cambios políticos que nosotros? ¿Qué es una revolución, sino el más profundo y extraordinario cambio político?” Eso no es un credo, esa es la naturaleza de la revolución y cada cubano lo lleva en su corazón. Obama sabe que no puede seguir irrespetando la soberanía de Cuba y es consciente de que va a sentarse a tratar con Raúl, un hombre revolucionario y de principios.

La chusma presiona para que se reclamen derechos humanos. Deberían leer Un grano de maíz (entrevista de Tomás Borge a Fidel) donde éste argumenta con estadísticas, solidez y elocuencia el ejemplo de Cuba en el mundo en protección de derechos humanos. A esa gentuza hay que recordarle el consejo de Jesús: “¿Por qué miras la paja que está en el ojo de tu hermano, y no echas de ver la viga que está en tu propio ojo?” Si Washington quiere hablar del tema, entonces deberá presentar mayores logros que Cuba. ¿No es acaso el bloqueo la mayor violación de derechos humanos? Imaginémonos que a Raúl se le antoje preguntarle, ¿por qué tanta brutalidad policial con patrones racista en Estados Unidos? ¿Por qué las limitaciones al ejercicio de los derechos laborales y a las libertades sindicales? ¿Por qué practican la tortura y las ejecuciones extrajudiciales? ¿Por qué hacen espionaje y vigilancia extraterritorial? ¿Por qué en Guantánamo torturan a los presos? ¿Por qué entregan personas detenidas a terceros países para que sean torturados y hasta asesinados? ¿Por qué realizan asesinatos extrajudiciales a través de los llamados drones? Pregunto: ¿querrá la gusanera que se hable de derechos humanos?

Sobre el tercer elemento llama la atención que incluso gente de “izquierda”, cree que el gobierno revolucionario estaría teniendo la bendición imperial. Dicen que Obama le reporta crédito y capital político a Cuba. Pienso lo contrario, creo que Obama quiere coronarse como el primer presidente de los Estados Unidos que visitó la Cuba revolucionaria de Fidel, Raúl, del Che, de Camilo, Haydée, de Celia, Melba, Vilma y de todos los revolucionarios, que por más de cinco décadas defendieron su país, resistieron con dignidad el criminal bloqueo y construyeron una nación socialista en las narices del imperio. Si algo de decoro tiene Obama, entonces debe llegar avergonzado a La Habana, y expresar disculpas (Goliat ante David): no pudimos, ustedes nos vencieron. Y para pasar a la historia (cualquier cosa que eso signifique), entonces, acelerar el fin del bloqueo.

Que nadie tenga duda, que querrá visitar al Gigante, tiene que aprovechar la oportunidad; pedirá varias fotos junto a Fidel, así, cree él, que su carrera política cobra sentido (podrá mostrárselas a sus nietos, diciendo: yo toqué la historia).

¿No será este el espaldarazo que Obama anda buscando en La Habana?

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