sábado, 10 de octubre de 2015

Los retos del Che

Falta muy poco, apenas dos años, para que se cumpla medio siglo de la caída de Ernesto ‘Che’ Guevara en Bolivia. Desde aquel 8 de octubre de 1967 que estremeció al mundo, la América Latina, que él tanto amó, cambió notablemente. Cierto que todavía nos aplasta el peso descomunal del imperio, pero los pilares que lo sustentan se han resquebrajado sensiblemente.

Jaime Galarza / El Telégrafo (Ecuador)

Así la sumisión de los militares del continente que hizo posible aquella cadena de dictaduras que desangró y enlutó a nuestros países por varias décadas; esa sumisión que prohijó tiranos como Pinochet, Videla y tantos otros se ha debilitado y se ha visto reemplazada por ejércitos que acompañan y defienden los nuevos rumbos hacia una democracia más extendida y profunda que jamás existiera y que marcha por un camino cierto de nacionalismo antiimperialista.

Esta es una verdad contundente en la misma Bolivia, donde el Guerrillero Heroico libró su última batalla, y donde fue asesinado por orden directa y presencial de la CIA, a través de un títere ignaro, el general René Barrientos. Además, ayer perseguidos y brutalmente destrozados los movimientos guerrilleros, hoy mujeres y hombres que hicieron armas contra el imperio y fueron derrotados, en varios casos dirigen sus países y los encaminan, de un modo u otro, hacia el socialismo, rompiendo las cadenas del neocoloniaje. Cabalmente, sacudirse del yugo imperialista fue uno de los principales retos del ‘Che’.

Al mismo tiempo, siguiendo sus llamados -que fueron en su hora los de Simón Bolívar- nuestros pueblos construyen nexos cada vez más fuertes, se unen, se integran, se disponen a ser el gran asilo de la paz, la hermandad y la cultura. Este fue uno de los principales retos planteados por el ‘Che’.

Desde luego queda mucho camino por andar. Basta ver el retraso con que los movimientos revolucionarios y de izquierda, en general, asimilan y ponen en práctica las lecciones y experiencias del gran combatiente caído hace 48 años. Muchos se contentan con lucir su imagen en vistosas camisetas y cantar en coro “Hasta siempre Comandante”. Entre nosotros, es el caso del movimiento PAIS y sus aliados, cuyos militantes harían bien al retomar las enseñanzas del ‘Che’, expuestas y escritas en diversos momentos, como las siguientes:

1. “El verdadero revolucionario está guiado por grandes sentimientos de amor. Es imposible pensar en un revolucionario auténtico sin esta cualidad”. 2. “El militante debe ser el mejor, el más cabal, el más completo de los seres humanos, pero siempre, por sobre todas las cosas, un ser humano... Hay que tener una gran dosis de humanidad, una gran dosis de sentido de la justicia y de la verdad para no caer en extremos dogmáticos, en escolasticismos fríos, en aislamiento de las masas”. 3. “No debemos crear asalariados dóciles al pensamiento oficial”. 4. “Nuestros hijos deben tener y carecer de lo que tienen y carecen los hijos del hombre común”. 5. “Debemos construir el hombre del siglo XXI en nosotros mismos”.

Estas sabias y profundas enseñanzas del ejemplar revolucionario deben ser asimiladas y llevadas a la práctica por los militantes y, en especial, por los dirigentes de los movimientos y partidos de izquierda, muchos de los cuales, desgraciadamente, más que en el pueblo, piensan en el puesto burocrático de alta escala o en las jugosas dietas parlamentarias, que no tienen nada de socialistas, pues representan cerca de veinte salarios básicos de la masa de trabajadores ecuatorianos. 

Con lo que acabamos de expresar no pretendemos dar cátedra alguna, sino reconocer en estas enseñanzas el espíritu penetrante y creador del ‘Che’, el compañero cuya mano estrechamos más de una vez en horas duras y tristes de Ecuador y América Latina.


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