sábado, 25 de julio de 2015

Ecuador: La plusvalía sobre la tierra

El presidente Rafael Correa ha puesto en discusión el tema de la plusvalía sobre la tierra, al proponer una regulación legal para ella.

Jorge Núñez Sánchez / El Telégrafo (Ecuador)

Parafraseando a Marx, que consideraba que la plusvalía era la riqueza creada por el trabajador y no pagada a este por el capitalista, que la expropiaba en su beneficio, podemos decir que la plusvalía sobre la tierra es la riqueza creada por la sociedad con sus obras públicas, pero de la que se apropian los especuladores de la tierra.

La tierra rústica y ubicada en sitios lejanos no tiene interés mayor para los capitalistas, a no ser que se trate de hacendados o productores agropecuarios. Pero la tierra cercana a obras de interés social, creadas casi siempre por la autoridad pública, de inmediato se convierte en una mercancía apetecida, que los especuladores se la disputan a dentelladas aun antes de que la obra se construya, pero cuando ya se sabe que se construirá.

Así, la tierra de las posibles rutas al aeropuerto de Quito y la de la zona misma del nuevo aeroparque entró a ser material especulativo hace décadas, pasando de manos de sus dueños originales, los campesinos de la zona, a las de implacables especuladores y pícaros de la política.

Siempre ha ocurrido así. Ocurrió con la vía Perimetral en Guayaquil y con la vía Occidental de Quito, llamada también Mariscal Sucre. Y estoy seguro de que algo así debió ocurrir con las tierras ubicadas a los lados de la nueva Ruta Viva capitalina y puede estar ocurriendo con el nuevo aeropuerto guayaquileño de Daular, aun antes de que se haya comenzado a construir.

Los beneficiarios de estos episodios especulativos han sido y son poderosos señores, influyentes políticos y audaces negociantes, que saben previamente la ruta o sitio de la obra a construirse y que a veces incluso suelen ser quienes promueven entre la opinión pública las obras que los van a hacer ricos.

Claro está, a esos grupos de especuladores, que desde antaño se han enriquecido gracias a la obra pública, les debe indignar el proyecto en trámite, que busca recortar sus ganancias mediante el recurso de gravar las utilidades de la segunda venta.

Pongamos como ejemplo el planeado aeropuerto de Daular. ¿Se imaginan ustedes cuánto va a invertir la autoridad pública en la compra de tierras para construir el aeródromo y las vías que vinculen a este con varias provincias? ¿Y alcanzan a imaginar la diferencia que puede llegar a existir entre el valor que tuvieron esas tierras antes de planearse la obra y el precio del momento mismo de su construcción? Sin duda estaríamos hablando de decenas de millones de dólares, tantos millones que no sería raro que esos especuladores estén financiando una campaña de desestabilización del Gobierno Nacional.

Eso es lo que está en juego en este momento, aunque los líderes de la oposición argumenten que se oponen al supuesto autoritarismo y la supuesta voracidad fiscal del régimen.

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