sábado, 28 de febrero de 2015

Guatemala: ¿Quo vadis Alfonso Portillo?

Cuando este artículo salga publicado, probablemente Alfonso Portillo habrá pasado su primera noche en Guatemala y en libertad después de 61 meses de no hacerlo. Acaso antes de conciliar el sueño repasará las emociones encontradas que le habrá provocado el retorno y el recibimiento del cual habrá sido objeto. Repasará los acontecimientos que lo han rodeado  en los poco más de cinco años que transcurrieron desde que fue capturado.

Carlos Figueroa Ibarra / Especial para Con Nuestra América
Desde Puebla, México

No ha sido fácil la vida del ex presidente desde que  terminó su periodo gubernamental. Fue sometido a procesos judiciales y vivió en México en la expectativa de ser extraditado. Cuando finalmente esto sucedió, después de un tiempo tuvo que esconderse hasta que fue encarcelado. Con parte de sus bienes embargados, su hija y su ex esposa vivieron la amenaza de también ser procesadas y finalmente ésta última agobiada por la situación que vivía, se suicidó.

Hoy regresa siendo el expresidente más popular de los últimos años y con un capital político nada despreciable. Ante ese escenario envidiable, que acaso compense la amargura que vivió en la cárcel, no puedo sino preguntarme  sobre cuál será su derrotero.

Portillo encabezó un gobierno que intentó una distancia con respecto a la clase dominante de Guatemala, buscó crear medidas que aliviaran parcialmente las penurias de buena parte de la población y trató de evitar que el Estado en Guatemala fuera uno secuestrado por los grandes poderes mediáticos del  país. Si pudiéramos hacer una clasificación de los últimos  gobiernos en el país, acaso el más parecido al que encabezó sería el que presidió Álvaro Colom. Tanto Colom como el propio Portillo buscaron asentarse en un sector emergente de empresarios y fueron inmisericordemente atacados por la cúspide  empresarial dominante.  Por ello, hipotéticamente Portillo debería estar cerca de la candidatura de Sandra Torres. Pero en política sabemos, las cosas suelen ser más complejas de lo que imaginamos o deseamos.

No puede olvidarse que Portillo pudo llevar al gobierno su talante antioligárquico porque se alió al partido encabezado por un ícono de la contrainsurgencia anticomunista y genocida: Efraín Ríos Montt. Recuerdo haber leído que alguna vez  Portillo declaró que uno de los días más felices de su vida había sido cuando conoció al general. Lo menos que puede decirse es que  es discutible la idea de felicidad que tiene el ex mandatario. Regresa Portillo cuando se habla de una eventual candidatura presidencial de la hija de  Ríos Montt,  Zury Ríos. ¿Buscará Portillo reeditar la alianza con un sector de la política nacional emparentado con la derecha contrainsurgente? ¿Buscará refrendar la alianza que ha tenido con el partido UCN encabezado por Mario Estrada? Hace un año la derecha neoliberal de los partidos Líder, Patriota y Creo expresaron que no lo aceptarían en sus filas. ¿Lo dirán ahora?  La clase política entera mira con expectativa los movimientos del ex presidente que ha afirmado que los años de cárcel lo han hecho reflexionar, madurar en términos políticos.


¿Adónde va Alfonso Portillo? Las condiciones en las que regresa hacen relevante la pregunta que formulamos.

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