sábado, 2 de agosto de 2014

La creatividad latinoamericana desborda una gran pantalla del cine europeo

Como ya es habitual en las principales muestras internacionales,  la producción cinematográfica latinoamericana llega con fuerza a Locarno 2014, que entre el 6 y el 16 de agosto se convierte en una cita europea imprescindible. Una decena de películas de América Latina animarán las sesiones más prestigiosas, incluida la competición oficial.

Sergio Ferrari / Especial para Con Nuestra América
Desde Locarno, Suiza

“No hay nada de casualidad en esta fuerte presencia latinoamericana ya que en Locarno no tenemos cuotas geográficas”, subraya a este corresponsal Carlo Chatrian, director artístico del festival. 

Ese continente, enfatiza, cuenta con una producción muy fuerte. A lo que se debe adjuntar un hecho irrebatible: “es en las creaciones artísticas del sur donde podemos encontrar más fácilmente filmes que experimenten e innoven en todo el sentido del término”, sentencia Chatrian. Quien considera a Locarno, “como un lugar de encuentros fértiles… un cruce de caminos donde las experiencias (fílmicas) diversas se contactan e intercambian”.

El cine en sí mismo es el “arte del intercambio”. Se intercambia la realidad con una imagen; una visión del mundo contra un recorrido personal”, explica.

Viento innovador

Y en ese intercambio global que se da cita en Locarno – y que se simboliza en la Piazza Grande con espacio para 8 mil espectadores-  Latinoamérica juega un rol esencial.

Tres de las 17 producciones que animan el Concurso Internacional de esta edición a punto de comenzar provienen de ese continente. Se trata de la ya laureada película argentina La Princesa de Francia, de Matías Piñeiro. Quien competirá por el Leopardo de Oro, entre otros, con su compatriota Martín Rejtman y su Dos Disparos y con el film brasilero Ventos de Agosto de Gabriel Mascaro.

En la competición “Cineastas del Presente”, segunda en importancia, tres de los 15 filmes son producciones latinoamericanas. Los Enemigos del Dolor, del director uruguayo Arauco Hernández;  Los Hongos, del colombiano Oscar Ruiz Navia y Navajazo del realizador mexicano Ricardo Silva.

La nueva sección del Festival, “Signos de Vida”, que busca presentar nuevas formas narrativas o lenguajes, según los organizadores,  también convoca al cine latinoamericano que ofrece cuatro de las nueve producciones. Ellas son la brasilera Com os Punhos Cerrados, de Pedro Diogenes, Ricardo Pretti y Luiz Pretti; la coproducción argentina-danesa-sueca  El Escarabajo de Oro, de Alejo Moguillansky y Fia-Stina Sandlund; el film argentino Favula, de Ricardo Perrone y Los Ausentes del mexicano Nicolás Pereda.

Punto de encuentro de ideas

Cada festival– sin importar su tamaño- busca presentar al menos una “carta geográfica renovada del arte y del mundo” que el cine busca representar. Una especie de atlas, explica Chatrian.

Y si el “atlas prevé un sistema razonado de signos, cada uno diferente del otro, el programa ( de esta 67 edición) privilegia la superposición, el compartir, el intercambio”, subraya el Director Artístico insistiendo en la similitud entre Locarno y un gran punto de encuentro de ideas y de cine.
Y de personalidades del séptimo arte. Durante los 10 días en el carrusel abierto y horizontal de la cita locarnesa llegarán personalidades de primer nivel mundial.  Roman Polansky, Mia Farrow,  Agnès 

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