sábado, 14 de abril de 2012

Costa Rica: La embajadora Andrew y los presuntos logros del TLC con EE.UU

Un análisis del artículo de la Embajadora de los Estados Unidos en Costa Rica, sobre lo que considera “logros” del TLC entre nuestro país y la potencia del norte. Y una sugerencia del autor para la funcionaria diplomática: “no le caería mal recordar que en el reparto planetario de la inteligencia, alguna cuota nos tocó también a quienes habitamos estos países del sur”.

Luis Paulino Vargas Solís* / Soñar con los pies en la tierra

Anne Andrew, embajadora de EE.UU en Costa Rica
Días atrás, el periódico La Nación publicó un artículo de la señora Anne S. Andrew, embajadora de Estados Unidos en Costa Rica, el cual se titulaba Avance en la competitividad y desarrollo para Costa Rica”. La diplomática se refiere en este escrito a presuntos logros económicos alcanzados por Costa Rica en los últimos tres años, los cuales ella atribuye a la entrada en vigencia del TLC con Estados Unidos (el cual, por razones comprensibles, ella designa bajo las siglas CAFTA-DR).

Mrs. Andrew aporta datos que me resultaron interesantísimos. Así por ejemplo, nos informa que “El comercio exportador de Costa Rica con Estados Unidos… ha visto un incremento dramático del 235% en las exportaciones del año 2011 comparado con las exportaciones del año 2008 –el último año previo a CAFTA-DR…” (disimulemos las redundancias. Ya sabemos que el idioma materno de Mrs. Andrew no es el español). Aclara que estos datos provienen de www.export.gov. Personalmente traté de localizar esa información en ese sitio web. No me fue posible hallarla, pero de seguro porque no supe buscarla apropiadamente, como de seguro sí lo hizo la excelentísima diplomática

He de decir, sin embargo, que me llamó la atención la consigna con que ese sitio digital se presenta: “Helping U.S. companies export”. Jamás se me habría ocurrido –como si se le ocurrió a la despabilada embajadora- que fuese un sitio apropiado para buscar información sobre los montos de lo que Costa Rica exporta hacia Estados Unidos.

Dejemos esas nimiedades de lado. El caso es que, de cualquier forma, esos datos tan brillantes que Mrs. Andrew aporta –que de ser correctos darían motivo para aplaudir con fervor- no parecen consistentes con algunos otros que uno encuentra en sitios que aportan información de fuentes oficiales costarricenses.

Véase, por ejemplo, los datos de balanza de pagos que nos ofrece el Banco Central de Costa Rica, los cuales usted puede encontrar en esta dirección: http://indicadoreseconomicos.bccr.fi.cr/indicadoreseconomicos/Cuadros/frmVerCatCuadro.aspx?idioma=1&CodCuadro=%2037  (los datos que indico los consulté el 5 de abril de 2012).

De acuerdo con esta fuente, el monto total de las exportaciones de bienes de Costa Rica en 2008 fue de $ 9.555,4 millones, mientras para 2011 el monto respectivo asciende a $ 10.383,1, vale decir, un aumento del 8,7%, insignificante si tomamos en cuenta que se trata de un período de tres años ¿cómo compatibilizamos esto con el hollywoodense  235% de aumento de las exportaciones hacia Estados Unidos de que nos habla la distinguida diplomática?

El renglón de “viajes” de la balanza de pagos –el cual sintetiza en forma neta (entradas menos salidas) los ingresos que el país recibe por concepto de turismo- muestra un desempeño aún más mediocre. El monto fue $ 1.689,4 millones en 2008 y apenas llega a $1.701,3 millones en 2011, con un incremento total para ese trienio de tan solo 0,7%.

Bueno es indicar que, en todo caso, mucho mejor nos ha ido en renglón de “otros servicios”, el cual pasa de $ 666,7 millones en 2008 a $1.864,2 millones en 2011. O sea, casi se triplicó. Ello es reflejo de la tendencia que se ha evidenciado en los últimos años: el desplazamiento hacia Costa Rica de diversos servicios: contables o de atención a clientes, por ejemplo, o, en general, los llamados “call centers”. Las compañías que hacen esto –en su mayoría estadounidenses- pagan aquí salarios que, aunque relativamente buenos para el contexto costarricense, son mucho más bajos que los propios de su país de origen. Sacan así provecho de una mano de obra que tienen ciertas calificaciones mínimas -manejo de la computadora e idioma inglés, por ejemplo- a la cual someten a condiciones de inclemente intensidad laboral. Digamos que aquí hay un “éxito” por anotar en el haber de la señora embajadora.

Mrs. Andrew se prodiga en algunos otros llamativos datos (asegura que se han abierto 70.000 puntos de venta en todo el país a raíz de la “apertura” del mercado de la telefonía celular, lo cual nos da un promedio de alrededor de 864 puntos de venta por cantón). La cifra más espectacular tiene que ver con las entradas de Inversión Extranjera Directa (IED): “[e]sto también se refleja en la inversión extranjera directa de Costa Rica, que creció hasta la cifra impresionante de $18.000 millones en el 2011, 70% proveniente de compañías estadounidenses”.

En contraste con lo anterior, y según la fuente que ya he mencionado más arriba –Banco Central de Costa Rica- la IED neta que nuestro país recibió en 2011 alcanzó la cifra de $ 2.047,7 millones, ligeramente inferior al monto de $ 2.072,3 millones correspondiente al año 2008. O sea, tenemos un pequeño decrecimiento de -1,2% ¿De dónde habrá sacado Mrs. Andrew la cifra de vértigo de $ 18 mil millones? ¿Habrá sido de www.export.gov ?

En todo caso, y recordando esa más bien corronga y simpática propaganda que habla de Costa Rica como “la pequeña gran potencia exportadora” (aclaro: la señora embajadora no dice nada al respecto), conviene no olvidar que al mismo tiempo somos una “pequeña gran superpotencia importadora”.

Los datos de la balanza de pagos lo ratifican: el déficit en el comercio de bienes (exportaciones menos importaciones) era de $ -5.013,3 millones en 2008 y llegó a $ -5.150,2 millones en 2011. El déficit en la cuenta corriente (comercio de bienes y servicios) es menor gracias a las entradas por turismo y, en el período reciente, al florecimiento de “call center” y similares tal cual mencioné más arriba. Este segundo déficit fue de $ -2.787,3 en 2008 y de -2.200,2 millones en 2011. Tómese en cuenta, como he dicho, que esto refleja la enorme expansión de esos servicios, que de no ser ese el caso el faltante sería mucho mayor. Lo pregunta es si estos podrán sostener por muchos años más su actual ritmo de crecimiento. Resulta por lo menos dudoso.

No entro a considerar, por razones de espacio, ciertas complejidades subyacentes a los diferentes datos mencionados. Convendría que la señora diplomática tome en consideración que tales complejidades efectivamente existen. Y, además, no le caería mal recordar que en el reparto planetario de la inteligencia, alguna cuota nos tocó también a quienes habitamos estos países del sur.

*Luis Paulino Vargas es economista, con una maestría en relaciones internacionales y un doctorado en gobierno y políticas públicas. Actualmente, es Director a.i. del Centro de Investigación en Cultura y Desarrollo, de la Universidad Estatal a Distancia de Costa Rica.

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