sábado, 28 de febrero de 2015

El síndrome Carmen Miranda

Carmen Miranda representó muy bien la política de la "Buena vecindad", fachada amistosa de las pretensiones colonialistas de la época. Política de intromisión por medio de sistemáticas conspiraciones que hicieron de los países latinoamericanos y caribeños laboratorios siniestros de corrupción de mediados del siglo XX.

José Toledo Alcalde / Especial para Con Nuestra América
Desde Estados Unidos

La famosa artista portuguesa María do Carmo Miranda da Cunha, conocida como Carmen Miranda (1909-1955), representó una etapa estratégicamente vital del proyecto expansivo estadounidense en América Latina y el Caribe. Su representación del folklore dancístico bahiano-carioca la inmortalizó como el icono de una expresión culturalmente excluida en el Brasil orientada a la creación de estereotipos frívolos y ridiculizantes de la cultura afro-brasilera. Esta caricaturesca presencia, en el tercer decenio del siglo XX, y en pleno auge expansivo norteamericano, acompañó líneas políticas severas de control e invasión colonial como la desarrollada desde la política del Gran Garrote (del inglés Big Stick) del presidente Theodore Roosevelt (1858-1919). Línea política invasiva contra la soberanía de países de América Central y el Caribe obteniendo su clímax en la construcción del Canal de Panamá matizada diplomáticamente como la política de la "Buena vecindad" en el periodo de Franklin D. Roosevelt (1933-1945).

Lejos de los innegables talentos artísticos y la sugestiva sensualidad de la bailarina portuguesa, y en menos nivel de influencia que la de su hermana Aurora Miranda (1915-2005), el uso de su presencia deleitó la explicita ideología del poder expansivo puesta en escena por medio de la Gran Flota Blanca (en ingles Great White Fleet) que circunnavego el planeta de diciembre de 1907 a febrero de 1909 movilizando escuadras marítimas pintadas de blanco. Es así como en la búsqueda de puntos geo-estratégicos los huertos traseros de EE.UU sufren la ruptura oficial de sus soberanías a través de la infiltración y posicionamiento de lo que fue la United Fruit Company (UFC) (1899-1970) transnacional norteamericana dedicada a la siembra, cosecha y comercialización de frutas tropicales, así como a la promoción de campañas cívico-militar responsables de toda clase de conspiraciones, torturas, asesinatos selectivos y golpes de Estado. 

Carmen Miranda representó muy bien la política de la "Buena vecindad", fachada amistosa de las pretensiones colonialistas de la época. Política de intromisión por medio de sistemáticas conspiraciones que hicieron de los países latinoamericanos y caribeños laboratorios siniestros de corrupción de mediados del siglo XX. De esta manera, la UFC se convertirá en los '70 en la ya existente United Brands Company y en 1985 como Chiquita Brands Internacional quienes encaran una serie de denuncias basadas en el millonario financiamiento destinado a las Autodefensas Unidas de Colombia (AUC) organización paramilitar destinada al ataque de las Fuerzas Armadas Revolucionarias Colombianas (FARC), movimientos indígenas, sindicalistas y militantes de grupos políticos de izquierda. Es así como en el contexto de "Buena vecindad", en el más claro signo de arrogancia, la famosa Miranda fue coronada con los símbolos agrícolas de la sanguinaria colonización, bananos, piñas y demás frutas de la región obtenidas por la explotada mano de obra del campesinado centroamericano y caribeño, así como por medio la violenta expropiación y explotación de sus tierras. Películas como Banana de la Tierra (1939), Week-End in Havana (Fin de semana en la Habana, 1941) en el gobierno de Fulgencio Batista , Los tres caballeros (The theree Caballeros, 1944), Alô, Alô, Brasil (1935) o Alô, Alô, Carnaval (1936), entre otros, marcaron la política de intromisión colonial en países de la región tal cual viene siendo ejecutado actualmente en la etapa post neoliberal.            

Es así como a mitad del segundo decenio del siglo XXI, a 100 años del tramado colonialista estadounidense, la política norteamericana de "Buena voluntad" con países de  Latinoamérica  y el Caribe siguen vigentes desde nuevos ritmos de intromisión. Las reuniones de Washington con los mandatarios de El Salvador, Guatemala y Honduras, en el 2014 consolidó la política de intromisión político, económico militar en la región una muestra más de los signos de injerencia y estratégica violación a la soberanía de los pueblos del hemisferio Sur. Como muestra de ello, el mandatario estadounidense Barack Obama solicitó al congreso norteamericano US$1,000 millones de apoyo a países centroamericanos para el periodo 2016 (01/02/15); en el caso del Perú el Congreso de la Republica aprobó el ingreso de 3325 soldados norteamericanos para el periodo 2015 (29/01/15) el cual esta dividido en "tres contingentes". El primer contingente ya ingresó al territorio peruano el pasado primero de febrero,  compuesto de 58 soldados norte americanos provistos de 08 ametralladoras, 58 fusiles, cañones y demás pertrechos de guerra. El segundo contingente arribará el próximo 15 de febrero, compuesto de 67 soldados, apertrechados con 05 ametralladoras, 62 fusiles y 64 pistolas, entre otros armamentos y el tercer contingente desembarcará el primero de setiembre de este año, concerniente en 3200 soldados. 1

El uso del arte como estrategia de conspiración fue adquiriendo fuerza a medida que los métodos de propagación fueron incrementándose.  El sistema satelital revolucionó el las comunicaciones a nivel internacional. La tecnología ciberespacial y el siguiente ingreso a la era internet hicieron -de lo que denominó políticamente como el  "síndrome Carmen Miranda" 2 (SCM)- la estrategia artística de la intromisión neo-colonial, una realidad globalizada con la misma lógica ideológica de ruptura de soberanías y expansión geopolítica. Refiriéndonos solamente a los inicios crudos de la expansión neo-liberal en Latinoamérica y el Caribe, marcado por el derrocamiento del gobierno del presidente chileno Salvador Allende (1973), vemos casos de la lógica del SCM que mantuvieron generaciones enteras adormecidas y ajenas al panorama política de sus épocas, como el caso del grupo musical puertorriqueño Menudo (1977-1997); los grupos españoles como Parchis (1979-1985); Loco Mia (1984-1993); Village People (1977-1985) o la taquillera Grease con los inmortalizados John Travola y Olivia Newton John (1978), entre otros. Todos estos ejemplos se valieron de la banalización (bananas en la cabeza) de elementos estereotípicos en donde el sujeto de ridiculización siempre fueron  aquellos sectores sociales mas vulnerables o sea por su orientación sexual, política, social o por su etapa generacional como la infancia o adolescencia.

En esta etapa final del breve periodo neo-liberal los iconos musicales siguen siendo bombardeados en el mundo entero quizá cambiando de genero lo cual no quita el valor de esta herramienta fuertemente alienante que golpea los sectores mas débiles de nuestras sociedades. El ingreso de las redes sociales de comunicación abrieron un nuevo capitulo de intromisión. La popularidad de los nuevos iconos son evaluados por la cantidad de millones de "seguidores" captados a través de Facebook o twitter. Por otro lado, la gastada política de "Buena vecindad" en Latinoamérica y el Caribe cambió de lógica publicitaria. Del mambo de Pérez Prado, el carnaval de Carmen Miranda o la vaselina (Grease) en la cabeza de millones de los adolescentes (de los cuales no escapo), el arte desenmascarado del Pentágono se reveló como una abierta política de intromisión que viola todos los acuerdos del derecho internacional de los pueblos, así como las convenciones de los Derechos Humanos existentes hasta el día de hoy y esto es solamente una raya mas al tigre, como se suele decir. 

El mandatario norteamericano no juega más a la política de la "Buena vecindad" o de Miranda o la del Chavo del Ocho. El mandatario va directo al uso de la fuerza como estrategia de expansión geopolítica y quiebre de la soberanía de los pueblos a quienes considera "enemigos", él mismo lo señaló: " EE.UU. "en ocasiones tuerce el brazo a los países cuando no hacen lo que queremos". "Pienso que si no tuviéramos el punto de vista realista de que hay gente mala alrededor nuestro que está tratando de hacernos daño […] si no tuviéramos esa dosis de realismo no alcanzaríamos nuestros objetivos". "Tenemos el Ejército más fuerte del mundo y en ocasiones tenemos que torcer el brazo a los países si no quieren hacer lo que queremos a través de métodos económicos, diplomáticos y a veces militares". 3 

Una clarísima muestra la vemos en las últimas maniobras políticas con relación a la República de Cuba. La torcedura de brazo la pretenden realizar no a través de bailes, que en Cuba sobra y basta, sino de estrategia diplomática y no lo decimos nosotros. Las culebras que salen de la cabeza, y no bananos y piñas, del sistema de la acumulación, la destrucción y muerte, tienen diferentes rostros, como malignidades en su esencia.  En el mundo árabe la estrategia es abiertamente militar, en China económica, con Rusia diplomática y siempre evaluando equilibrio de fuerza militar, en Latinoamérica y el Caribe el carnaval lo bailan dependiendo del escenario, con excepción de los países miembros del Alba como Antigua Barbuda, Bolivia, Cuba, Dominicana, Ecuador, Granada, Nicaragua, San Cristóbal y Nieves, Santa Lucia, San Vicente y las Granadinas, Surinam y Venezuela, así como Argentina, Brasil y Uruguay, el Síndrome Carmen Miranda se ejecuta descaradamente desde los tres métodos de torcedura de brazo: económico, diplomático y militar. 

Esperamos que fenómenos socio-político-económico de reivindicación soberana como los desarrollados en Grecia con Syriza y con esperanza en pocos meses en España con Podemos, sea un signo del baile de la liberación liderado por Cuba, Venezuela, Ecuador, Bolivia...Argentina y este por contagiar a países que aún llevan en sus cabezas gubernamentales bananas, piñas, minerales y recursos energéticos como indigno disfraz servil al servicio del imperio de la acumulación inhumana y el arte de la violencia como método de empoderamiento y perpetuación. Solo la unidad frente a la agresión voraz como viene sufriendo la Republica Bolivariana de Venezuela y el cierre de filas desde los movimientos sociales de base podrá hacer que la consolidación de nuestras soberanías pase de un buen discurso electoral (traicionado en el Perú por Ollanta Humala)a una realidad demostrada desde la defensa de los derechos elementales de todo ser humano como el derecho a la educación, alimentación y salud y la protección de la naturaleza sobre cualquier tipo de burda injerencia.

NOTAS:


2 Curiosamente el concepto Síndrome de Carmen Miranda es usado desde una perspectiva biológica . Algunos comentarios atribuyen el síndrome a mujeres latinoamericanas que sufren de cáncer cerebral  las cuales sufren síntomas de esquizofrenia. La asociación con la artista Miranda se debe a que uno de los síntomas de dicha patología es la de sentir el crecimiento de frutas en la cabeza, hojas de arboles, raras flores y hasta la presencia de metales. Que curioso dato, Wikipedia traduce de la siguiente manera esta patología: Carmen Miranda Syndrome (Latin: Chiquita Banania) asociando Carmen Miranda con la ex  United Fruit Company (UFC) (1899–1970). 

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