sábado, 16 de agosto de 2014

Puerto Rico: Oscar

Oscar lleva más de 33 años encarcelado por defender sus ideas libertarias. Se le acusó de tratar de “conspirar para derrocar el gobierno de Estados Unidos por la fuerza.”  ¡Un hombre sólo contra el imperio más poderoso que ha conocido la historia de la humanidad! 

Dr. Carlos Pérez Morales / Especial para Con Nuestra América
Desde Puerto Rico

Para muchas personas, el nombre de “Oscar” (pronunciado en idioma inglés) está relacionado con el mundo de la cinematografía. “Se parece a Oscar” fue el comentario que dio paso a la conocida estatuilla con la que se premia lo mejor del cine estadounidense, así como la mejor película, asÍ como a los mejores artistas del cine estadounidense. Para nosotros en Puerto Rico, el nombre de Oscar, (Oscar López Rivera), es sinónimo del luchador independentista, prisionero político y patriota.

Oscar López Rivera, es un veterano condecorado de la guerra de Vietnam y líder comunitario que defendía los derechos de la comunidades puertorriqueñas y latinas en la ciudad de Chicago, Illinois.  Es un fiel creyente en la completa independencia de Puerto Rico.
 

Oscar lleva más de 33 años encarcelado por defender sus ideas libertarias. Se le acusó de tratar de “conspirar para derrocar el gobierno de Estados Unidos por la fuerza.”  ¡Un hombre sólo contra el imperio más poderoso que ha conocido la historia de la humanidad!  Se le acusó por sus “alegados” vínculos con las Fuerzas Armadas de Liberación Nacional, (FALN), organización patriótica que predicaba el derecho de Puerto Rico a la lucha armada contra el país que usurpa su soberanía política (Estados Unidos)

En su lucha libertaria y en toda su vida ejemplar, Oscar no ha matado a nadie.  Nunca cometió delito alguno que atentara contra la vida del ser humano.  Durante los primeros 11 años de encarcelamiento Oscar, fue consignado a prisión solitaria, donde fue torturado una y mil veces.  No se le permitió tener visitas tan siquiera ni de su propia familia. Sin embargo sus creencias libertarias y su voluntad de patriota incólume, lo mantuvieron con vida y con salud mental.

Ante la presión del pueblo de Puerto Rico, el cual pedía su inmediata e incondicional liberación, el ex-presidente Bill Clinton le ofreció la libertad, pero condicional.  Oscar no la aceptó, reclamando la libertad incondicional y pidiendo la libertad de otros prisioneros políticos puertorriqueños.

Desde entonces, numerosas organizaciones políticas, sindicales, religiosas como las Iglesias Bautistas, pentecostales, evangélicas, y la numerosa Iglesia Católica en Puerto Rico, han recabado su inmediata encarcelación. 

El pueblo de Puerto Rico, su gobernador, los partidos políticos y gobiernos municipales han pedido su liberación incondicional.  Numerosos artistas locales e internacionales han hecho lo mismo. 

En años recientes, gobiernos y organizaciones internacionales también se han unido a esta causa.  Es una petición de justicia.

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