sábado, 6 de julio de 2013

El ladrón juzga por su condición

Las trece horas de secuestro sufrido por el presidente Morales y la tripulación de su aeronave, deben señalar la línea histórica en donde la opción a seguir no sea entre la pobreza o la riqueza basada en el saqueo, sino entre el sometimiento a la aberración neocolonial o la lucha por la dignidad y soberanía.

José  Toledo / Especial para Con Nuestra América
Desde Lima, Perú
Ilustración de Eneko.
Ayer por mar, ahora pretenden por los aires. El rapto, la retención, la incautación de bienes humanos o no, ha sido  y persiste en ser perpetuado como lógica de empoderamiento a través del vejamen y la violencia. Perplejos asistimos al infame atentado cometido por España, Portugal, Francia e Italia en contra del primer mandatario del Estado Plurinacional de Bolivia, Presidente Juan Evo Morales Ayma (1959).

No es coincidencia, es pura lógica hegemónica. No hay casualidad en que los cuatro países, otrora ejes del mundo imperial, Francia, España, Portugal e Italia, hayan confabulado contra uno de los países suramericanos que más sufrió la violencia invasora hace 500 años, Bolivia. Por si no lo saben el mandatario español Mariano Rajoy (1955) y sus “amigos”, la deuda sobre los hombros de los países agresores, aún no ha sido saldada. Sus embarcaciones y carabelas transoceánicas nunca fueron detenidas para fiscalizarles el saqueo perpetrado en contra de los pueblos originarios como el Mapuche, Quechua, Aymara, Guaraní, Maya o Azteca. Estos países invasores no asilaron piratas, menos aún los detuvieron  o apresaron. Eran piratas aquellos que comandaban  e ideaban sus expediciones. La reparación histórica aún no comienza y aún persisten en violentar la dignidad de los pueblos ¿Hasta cuándo?

Del oro y petróleo hasta los recursos informativos. No importa si fue el oro, la plata o el estaño del Cuzco, Potosí o Yucatán o si el petróleo iraquí, iraní, libanes, sirio o venezolano  la lógica es secuestrar, incautar, robar, confiscar para empoderar y perpetuar. La razón de la acumulación persiste como base inmoral e inicua de las otrora potencias coloniales, hoy agónicamente post- neocoloniales. En nuestros días, no solo minerales, hidrocarburos o reservas acuíferas, la información es el capital simbólico que concentra, sino el más, uno de los más importantes y deseados recursos de poder del siglo XXI.

Raptar al informante. De Julian Assange (1971) a Edward Snowden (1983), portadores de capital informativo que delata la macabra y siniestra ideología de espionaje del imperio, secuestrar, acallar, violentar, es la orden suprema a obedecer, caiga quien caiga, cueste lo que cueste. No importa intentar bombardear la embajada ecuatoriana en Londres, donde goza de asilo Assange, o secuestrar al mandatario Morales so pretexto de asilar en el interior de la nave a Snowden. La idea es secuestrar, saquear, acumular para imperar.

La información acumulada por estos dos personajes se convierte en el arma de doble filo que se verterá en contra de los acumuladores de poder. Conspiraciones, espionajes, chantajes y demás recursos informáticos, ¿pueden estar valiendo más que  las 41 toneladas de oro equivalente a $ 1,247’712,000  (millones de dólares americanos) más las 82 toneladas de plata equivalente a $ 38’048,000 (millones de dólares americanos) lo cual hace un total de $1,285’760,000 (mil doscientos ochenta y cinco millones y setecientos sesenta mil dólares) todo esto saqueado de las entrañas del Potosí? [1]

El ladrón juzga por su condición. Vergüenza extrema de Rajoy al haber prohibido proseguir a su destino al presidente Morales solicitándole la “fiscalización” de la nave presidencial. Fiel y leal a su ancestral lógica mercenariamente corsaria Rajoy ¿no recuerda cuando un 06 de abril 2011 el diario catalán El Publico divulgó su presencia en el yate “Moropa” propiedad del clan los Caneos del traficante Daniel Baúlo condenado a 17 años de prisión?[2] Evidentemente, desde la inmoralidad de Rajoy y sus “amigos”,  asumida como método de gobernabilidad, juzga que todos se maniobran - en el mundo - con el mismo estilo. 

Riqueza del saqueo o de la dignidad soberana. Fueron los 13 “amigos” del pirata castellano Francisco Pizarro (1478-1541) quienes optaron, en la Isla del Gallo, acompañar a Pizarro en búsqueda de riqueza por medio del saqueo y la destrucción. [3] Las trece horas de secuestro, sufrido por el presidente Morales y la tripulación de su aeronave, deben señalar la línea histórica en donde la opción a seguir no sea entre la pobreza o la riqueza basada en el saqueo, sino entre el sometimiento a la aberración neocolonial o la lucha por la dignidad y soberanía. Lo señalaron los mandatarios en Cochabamba, la afrenta no es contra el presidente Morales o Bolivia, es contra toda Latinoamérica, el Caribe y todo ser humano y pueblo que se haga respetar. En palabras de Morales: “Bolivia no ha saqueado a nadie, no ha invadido a nadie, no ha espiado a nadie. No entendemos la doble Moral”.[4]

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